A continuación, el discurso que Zapalotta pronunció para dar la bienvenida a la manifestación del 1 de mayo en Viena. Aquí puedes leer el informe sobre la violencia policial en la manifestación.
Al 5 DE OCTUBRE DEL 2020 nos han llegado noticias del sureste de México: A las Redes de Resistencia y Rebeldía: A las personas honestas que resisten en todos los rincones del planeta: Hermanas, hermanos, hermanoas: Compañeras, compañeros y compañeroas: Los pueblos originarios de raíz maya y zapatistas les saludamos.
Miramos y escuchamos un mundo enfermo en su vida social, fragmentado en millones de personas ajenas entre sí, empeñadas en su supervivencia individual, pero unidas bajo la opresión de un sistema dispuesto a todo para saciar su sed de ganancias, aún y cuando es claro que su camino va en contra de la existencia del planeta Tierra.
La aberración del sistema y su estúpida defensa del “progreso” y la “modernidad” se estrella contra una realidad criminal: los feminicidios. El asesinato de mujeres no tiene color ni nacionalidad, es mundial. Si es absurdo e irrazonable que alguien sea perseguido, desaparecido, asesinado por su color de piel, su raza, su cultura, sus creencias; no se puede creer que el hecho de ser mujer equivalga a una sentencia de marginación y muerte.
Y la “civilización” parece decirnos a los pueblos originarios: “la prueba de tu subdesarrollo está en tu baja tasa de feminicidios. Tengan sus megaproyectos, sus trenes, sus termoeléctricas, sus minas, sus presas, sus centros comerciales, sus tiendas de electrodomésticos –con canal de televisión incluido-, y aprendan a consumir. Sean como nosotros. Para saldar la deuda de esta ayuda progresista, no bastan sus tierras, sus aguas, sus culturas, sus dignidades. Deben completar con la vida de las mujeres”.
Miramos y escuchamos a los poderosos replegándose y escondiéndose en los llamados Estados Nacionales y sus muros. Y, en ese imposible salto hacia atrás, reviven nacionalismos fascistas, chauvinismos ridículos y un palabrerío ensordecedor. (…) En los distintos países se esconde que el patrón, el amo, el mandón, es el mismo y no tiene más nacionalidad que la del dinero. Mientras tanto, los organismos internacionales languidecen y se convierten en meros nombres, como piezas de museo… o ni eso.
También escuchamos y miramos las resistencias resistencias y rebeldías que nos enseñan a nosotros, nosotras, nosotroas, zapatistas, que las soluciones pudieran estar abajo, en los sótanos y rincones del mundo. No en los palacios gubernamentales. No en las oficinas de las grandes corporaciones.
Rebeldías y resistencias que nos muestran que, si los de arriba rompen los puentes y cierran las fronteras, queda navegar ríos y mares para encontrarnos. Que la cura, si es que la hay, es mundial, y tiene el color de la tierra, del trabajo que vive y muere en calles y barrios, en mares y cielos, en los montes y en sus entrañas. Que, como el maíz originario, muchos son sus colores, sus tonalidades y sonidos.
Todo esto, y más, miramos y escuchamos. Y nos miramos y nos escuchamos como lo que somos: un número que no cuenta. Porque la vida no importa, no vende, no es noticia, no entra en las estadísticas, no compite en las encuestas, no tiene valoración en las redes sociales, no provoca, no representa capital político, bandera partidaria, escándalo de moda. ¿A quién le importa que un pequeño, pequeñísimo, grupo de originarios, de indígenas, viva, es decir, luche?
Porque resulta que vivimos. Que a pesar de paramilitares, pandemias, megaproyectos, mentiras, calumnias y olvidos, vivimos. Es decir, luchamos.
Y pensamos que durante todos estos años, hemos recibido el abrazo hermano de personas de nuestro país y del mundo. Y pensamos que, si acá la vida resiste y, no sin dificultades, florece, es gracias a esas personas que desafiaron distancias, trámites, fronteras y diferencias culturales y de lengua. Gracias a ellas, ellos, elloas – pero sobre todo ellas-, que retaron y derrotaron calendarios y geografías.
Y esto hemos decidido: Que es tiempo de nuevo para que bailen los corazones, y que no sean ni su música ni sus pasos, los del lamento y la resignación. Que diversas delegaciones zapatistas, hombres, mujeres y otroas del color de nuestra tierra, saldremos a recorrer el mundo, caminaremos o navegaremos hasta suelos, mares y cielos remotos, buscando no la diferencia, no la superioridad, no la afrenta, mucho menos el perdón y la lástima. Iremos a encontrar lo que nos hace iguales. Y que el primer destino de este viaje planetario será el continente europeo. Que, después de recorrer varios rincones de la Europa de abajo y a la izquierda, llegaremos a Madrid, la capital española, el 13 de agosto del 2021 -500 años después de la supuesta conquista de lo que hoy es México
Hablaremos al pueblo español. No para amenazar, reprochar, insultar o exigir. No para demandarle que nos pida perdón. No para servirles ni para servirnos. Iremos a decirle al pueblo de España dos cosas sencillas. Uno: Que no nos conquistaron. Que seguimos en resistencia y rebeldía. Dos: Que no tienen por qué pedir que les perdonemos nada.
Las delegaciones zapatistas estarán conformadas mayoritariamente por mujeres. No sólo porque ellas pretenden así devolver el abrazo que recibieron en los encuentros internacionales anteriores. También, y sobre todo, para que los varones zapatistas dejemos claro que somos lo que somos, y no somos lo que no somos, gracias a ellas, por ellas y con ellas.
Compañeras, compañeros, compañeroas: Hermanas, hermanos y hermanoas: Somos zapatistas, portador@s del virus de la resistencia y la rebeldía. Como tales, iremos a los 5 continentes.
Pasamañana, los primeros Zapatistas zarparán a través del Atlántico y desembarcarán en España a finales de junio. De nosotres depende ejercer la presión política necesaria para que puedan entrar en Europa. Más de treinta coordinaciones europeas han invitado a les Zapatistas, incluidos nosotres aquí en Austria. Estamos en camino de formar redes en las que todes de abajo y de la izquierda contribuyan a recibir a la delegación Zapatista en los meses julio, agosto o septiembre. Invitamos a todes a aportar su energía y sus ideas, sus deseos y su alojamiento, sus conocimientos y sus traducciones, su logística y su transporte, sus eventos y sus fiestas, sus ganas de intercambiar y sus manifestaciones… y, por supuesto, sus donativos.
Participa, involúcrate, infórmate: es nada menos que un viaje por la vida.
Participa, involúcrate, organízate: la supervivencia de la humanidad depende de la destrucción del capitalismo.
Participa, involúcrate, comprométete: todo lo que necesita saber lo encontrarás aquí: zapalotta.org